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Alejandro Durán: Fidelina "Contó que Fidelina era una muchacha de Chimichagua. La conoció y se enamoró de ella cuando trabajaba en la ganadería Las Cabezas de Trespalacios y Piñeres y le tocaba llevar ganado al playón en época de verano, cerca de Chimichagua. Una tarde acordaron que ella se vendría con él cuando scaran el ganado de la ciénaga para la hacienda, al legar el invierno. Dos días antes del viaje charló con ella y concertaron la cita para la fuga en la parte de atrás del patio de la casa, con tan mala suerte que cuando Fidelina salía para "volarse", la mamá se dio cuenta y, con la gritería que formó, frustró la aventura. Con gran tristeza Alejo tuvo que irse solo. Nueve años más tarde, estando Alejo en Magangué, recibió una carta de Fidelina. Fue tanto el impacto emocional, que arrancó de su inspiración la más bella de sus creaciones amorosas:
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